Si quieres entender lo que es Silicon Valley, tu primer instinto no sería acampar en un desierto durante una semana sin dinero para ver arder una escultura humana.
Sin embargo, los titanes de Silicon Valley lo ven de otra manera. “Burning Man es Silicon Valley”, dijo Elon Musk, que explicó que, si nunca has estado allí, “simplemente no lo puedes entender”.
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Qué es el Burning Man
Burning Man 2021 se celebrará entre el 22 de agosto y el 7 de septiembre y, por segundo año consecutivo, será un evento virtual.
El evento comenzó en 1986, cuando Larry Harvey y Jerry James quemaron una efigie humana de dos metros en una playa de San Francisco. Desde entonces, se ha convertido en un importante festival anual en Black Rock City, al noroeste de Nevada.
El catalizador para convertir este pequeño evento en el gran acontecimiento que es hoy data del Suicide Club, que más tarde se convirtió en la Cacophony Society, un club radicalmente inclusivo. Al tercer año del ritual del Burning Man, un miembro de la Cacophony Society, Michael Mikel, descubrió el evento y, al año siguiente, lo publicó en el Rough Draft Newsletter, lo que atrajo a unos cuantos cientos de personas al evento. En 1990, Larry Harvey tuvo problemas para conseguir el permiso para quemar la efigie en la playa. Kevin Evans, miembro de la Cacophony Society, sugirió llevar el ritual al desierto de Black Rock e integrarlo en una de las excursiones por la zona de la sociedad. Estas excursiones por la zona fueron una idea concebida por Carrie Galbraith, una cacofonista, donde la zona quedaba definida como el área en el que podía ocurrir cualquier cosa.
Una vez en el desierto, el Festival Burning Man se fusionaría con Desert Site Works , un grupo formado principalmente por miembros de la Cacophony Society. Esto repercutiría en el ascenso del Burning Man, que acabaría convirtiéndose en un festival más centrado en el arte. Se consiguió celebrar un festival en medio del desierto, con una inclusividad radical y donde todo podía suceder, con una expresión artística y sin reglas. El tema “sin reglas” duraría hasta finales de los años 90, cuando más de 8000 personas asistieron al evento. Fue entonces cuando se añadieron algunas reglas básicas y cierta estructuración al evento.
El último evento presencial fue en 2019 y atrajo a casi 80 000 asistentes, lo que supone una gran mejora respecto a los primeros años, cuando iban menos de 50 personas.
Silicon Valley en el desierto
A lo largo de los años, el Burning Man ha atraído a muchos y grandes nombres de Silicon Valley y de otros lugares. Una empresa que se ha visto muy influida por el Burning Man es Google, que “se fundó casi literalmente en el Burning Man”.
El CEO de Google, Larry Page, alabó la cultura del Burning Man y esperaba que pudiera llevarse a otros lugares. “Me gusta ir al Burning Man. Es un entorno en el que la gente puede probar cosas nuevas. Creo que, como tecnólogos, deberíamos contar con lugares seguros en los que probar cosas nuevas y averiguar su efecto en la sociedad Y cuál es el efecto en la gente, sin tener que desplegarlo en todo el mundo”.
Cuando los fundadores de Google, Page y Brin, estaban buscando un CEO, el candidato Eric Schmidt era el único que había asistido a Burning Man. “Pensamos que [ese] era un criterio importante”, dijo Brin. Durante muchos años, la aurícula de la sede de Google estuvo llena de fotos de trabajadores de Google y de sus proyectos artísticos del Burning Man.
El profesor de Stanford, Fred Turner, ha estudiado el Burning Man y su conexión con el mundo de la tecnología desde hace más de una década. Explica cómo una visita a la sede de Google despertó su interés por el tema. “En mi primera visita a Google en Mountain View, vi muchas fotos del Burning Man en la recepción de la empresa. A lo largo de los años, he comprobado que lo que las empresas ponen en sus recepciones suele decir mucho sobre el tipo de empresa que esperan ser. Y así empecé a explorar las conexiones”.
Turner ve muchos paralelismos entre Silicon Valley y el Burning Man. Uno de ellos es el intenso trabajo en equipo orientado a los proyectos que se da en ambos lugares. En Silicon Valley, todo gira entorno a diseñar complicados productos tecnológicos, mientras que en Burning Man, el mismo trabajo en equipo se utiliza para diseñar crear obras de arte. Sin embargo, aquí radica una gran diferencia. Mientras que en sus empresas tecnológicas muchos se ven trabajando para cumplir las visiones de otras personas, en Burning Man estos tecnólogos trabajan para crear y cumplir su propia visión.
Las trayectorias de ambos también han estado en el punto de mira de Turner. Los aspectos contraculturales de ambos se han vuelto más difíciles de ver a medida que han pasado los años y se ha inyectado más dinero. En el caso del Burning Man, se hizo todo lo posible para garantizar que el evento fuera un entorno libre de marcas, aunque se acabó convirtiendo en un evento en el que las marcas estaban por todas partes. En Silicon Valley: “Los aspectos utópicos y extraeconómicos de los primeros años de Internet se han transformado de tal manera que nos han llevado a un sistema que se ha convertido para demasiada gente en una autopista con publicidad en la que se entregan los productos de los medios de comunicación convencionales”, afirma Turner.
Sin dinero de por medio
Una de las cosas únicas del Burning Man es la regla del ir “sin dinero”. Entre los 10 mandamientos del Burning Man se encuentran los “regalos”. Literalmente: “Burning Man ve bien el hecho de hacer regalos. El valor de un regalo es incondicional. Dar un regalo no contempla una devolución ni un intercambio por algo de igual valor”. Solo hay dos cosas que se pueden comprar en el Burning Man: hielo y café. El fundador del evento, Larry Harvey, explica la idea:
“Burning Man es como un gran pícnic en familia. ¿Os venderíais cosas en un pícnic en familia? No, las compartiríais. […] Así que dijimos: ‘Vamos a tratarlo todo como regalos, sin que se pueda comprar ni vender nada en nuestra ciudad, y veamos qué pasa’. Y he aquí que descubrimos que la gente empezó a tener experiencias reveladoras. Fue, y lo sigue siendo, un mundo cargado de encuentros significativos, libre de las obligaciones comerciales habituales, en el que casi todas las acciones tienen un motivo de beneficio que pende sobre ellas”.
Aunque el dinero es importante en la vida diaria, el Burning Man proporciona una oportunidad temporal para escapar de esa realidad y vivir en un entorno de regalos ilimitados.
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La economía del Burning Man
Aunque el dinero no cambie de manos durante el Burning Man, los organizadores del evento ingresaron aproximadamente 40 millones de dólares y gastaron 39.
El precio para asistir al evento puede ser caro. Está la cuota de asistencia, que puede oscilar entre unos 200 dólares para una entrada para asistentes con ingresos bajos, y los casi 2000 dólares. Además, hay que tener en cuenta el billete de avión, los gastos de alquiler de coche, los gastos de indumentaria… También están los pases de vehículos y alojamiento, que pueden ser desde para una tienda de campaña hasta para una autocaravana.
La ausencia de dinero dentro del evento significa que los “burners” tienen que abastecerse de todo lo esencial para el evento antes de llegar. La mayoría de asistentes vuelan al Aeropuerto Internacional de Reno Lake Tahoe. La semana del festival es un estímulo anual para la economía local. Solo el aeropuerto genera unos 10 millones de dólares de los peregrinos que viajan al Burning Man.
A lo largo de su ruta hacia el festival, los asistentes vacían las tiendas de alimentación para llevarse los suministros necesarios para el festival. Las gasolineras están llenas hasta los topes. Aparecen varios mercados improvisados que venden artículos para la fiesta. Los hoteles también están llenos. Todos estos gastos de última hora se estimaron en unos 35 millones de dólares en el pasado.
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Y el hombre se quemó
Una de las principales atracciones del Burning Man es que cada año se quema una enorme escultura de un hombre, aunque con medidas y aspecto únicos.
En los primeros años, la escultura del hombre tenía menos de 6 metros de altura; sin embargo, en 2010, el hombre en llamas alcanzó una altura enorme de más de 30 metros.
El proceso de montaje del hombre, la pirotecnia y la garantía de una combustión segura suponen un arduo proceso. Se hacen muchos esfuerzos no solo para velar por la seguridad de los que asisten al Burning Man, sino también para garantizar que la ceremonia no deje el desierto hecho un desastre.
Al principio, el Burning Man fue un espectáculo que atrajo a la gente en torno a su atracción única; sin embargo, nunca se atribuyó ningún simbolismo a la ceremonia donde se quema al hombre. Las diversas ceremonias y costumbres que crecerían en torno al hombre en llamas se desarrollaron orgánicamente. Los 10 principios del evento se redactaron en 2004, casi dos décadas después del primer evento.
Los mandamientos del Burning Man
En 2004, Larry Harvey redactó los 10 mandamientos del Burning Man. No se trataba de órdenes sobre el comportamiento de las personas; En cambio, estas eran el reflejo de la cultura y del espíritu de comunidad que se había desarrollado desde el inicio del evento en 1986.
Estos principios reflejan la inclusividad del evento y el esfuerzo por crear una comunidad basada en una determinada cultura y valores. Los principios expresan una responsabilidad que la persona tiene consigo misma y con la comunidad. La autosuficiencia radical, la expresión y la inmediatez pretenden animar a la persona a experimentar su interior y los dones y cualidades únicos que cada uno tiene, y a apoyarse en ellos como forma de dar a la comunidad. También existe la responsabilidad de asegurarse de que no se vea ningún rastro de la fiesta por la zona, la responsabilidad cívica por el bienestar del grupo y el cumplimiento de la ley. La participación y el esfuerzo comunitario garantizan que se faciliten los valores de la comunidad y el potencial de cambio transformador.
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Su capital está en riesgo
Al igual que en 2020, el Burning Man 2021 será un evento virtual. Los eventos virtuales pierden su gracia por no poderse celebrar de forma presencial en el desierto de Black Rock. Sin embargo, al no estar confinado en un lugar determinado y dado que cuesta mucho dinero asistir, el Burning Man podría aumentar su comunidad en los próximos años y girar en varias direcciones imprevistas. En cualquier caso y como en años anteriores, el hombre arderá.