Las empresas estadounidenses están devolviendo en estos momentos una cantidad considerable de capital a sus accionistas a través de la recompra de acciones. Según Goldman Sachs, es probable que las recompras anuales del S&P 500 superen el billón de dólares el próximo año. ¿Cuál es la razón de ser de esta estrategia de asignación de capital? Y, lo que es más importante, ¿cómo pueden beneficiarse los inversores?
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¿Qué es la recompra de acciones?
Cuando una empresa tiene excedentes de efectivo en su balance, hay muchas cosas que puede hacer con el capital. La recompra de acciones es una opción. Se trata de una alternativa a realizar adquisiciones o pagar dividendos a los inversores, e implica que una empresa recompre sus propias acciones en el mercado. El objetivo es reducir el número de acciones de la empresa disponibles para operar.
Por qué las empresas recompran sus propias acciones
Desde la perspectiva de una empresa, la recompra tiene varias ventajas.
Para empezar, contribuye a aumentar los beneficios por acción (BPA). Esto se debe a que reduce el número de acciones en circulación entre las que hay que repartir los beneficios. Por ejemplo, supongamos que una empresa con 1 millón de dólares en beneficios y 1 millón de acciones en circulación recompra el 10% de sus acciones. Antes de la recompra, la empresa habría obtenido unos beneficios por acción de U$S1; sin embargo, tras la recompra de acciones, los BPA son de U$S1,11.
En segundo lugar, en relación con el pago de dividendos a los inversores, la recompra es una forma mucho más flexible de devolver capital a los inversores. Los dividendos suelen representar un compromiso a largo plazo de pagar retribuciones periódicas de efectivo, lo que no siempre se ajusta a la situación financiera o a las prioridades estratégicas de una empresa. Con la recompra se evita esa presión continua: las empresas pueden limitarse a recomprar acciones cuando disponen de efectivo. Esta flexibilidad les permite modificar sus estrategias de devolución de capital a los accionistas en función de los cambios en la dinámica empresarial o de las nuevas oportunidades de inversión.
La recompra también puede ayudar a compensar la dilución derivada de la remuneración basada en acciones. En la actualidad, muchas empresas asignan acciones y opciones como parte de sus paquetes de compensación. Mediante la recompra, las empresas pueden cumplir sus obligaciones con los empleados y la dirección sin diluir el capital de los accionistas actuales, ajustándose a los intereses de ambos grupos. Este factor es especialmente relevante para las empresas tecnológicas, que tienden a recompensar a sus empleados con acciones.
Por último, las recompras son una señal de la confianza de la dirección en las perspectivas futuras de la empresa. Al recomprar acciones, la dirección indica que la empresa tiene un exceso de efectivo disponible que no está mejor invertido en otra parte. Vale la pena señalar que las empresas suelen recomprar acciones cuando creen que el precio es más bajo de lo que debería. Lo que quiere decirnos con esto la dirección es: «la acción es una ganga en este momento, y vamos a aprovechar».
La historia de las recompras
Durante gran parte del siglo XX, la recompra de acciones se consideró ilegal porque se veía como una forma de manipulación del mercado. Sin embargo, todo eso cambió con la introducción de la Regla 10b-18 de la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC) en 1982. Esta regla ofrecía a las empresas un «puerto seguro» para recompras bajo ciertas condiciones sin riesgo de ser acusadas de manipulación del mercado. La desregulación económica de la década de 1980, junto con un cambio hacia la maximización del valor para el accionista, consolidó aún más las recompras como estrategia empresarial preferida. A finales de la década de 1990, las recompras experimentaron un notable auge, ya que las empresas con mucha liquidez trataban de emplear eficazmente el exceso de capital. Y la tendencia continuó en el siglo XXI, pues las recompras se convirtieron en una herramienta de asignación de capital muy común entre las grandes corporaciones, particularmente las del sector tecnológico.
Tendencias recientes
En cuanto a las tendencias recientes, la investigación realizada por firmas de Wall Street muestra que las recompras están al alza. Para 2024, Goldman Sachs prevé que el total de recompras en Estados Unidos alcance los 925.000 millones de dólares, lo que supone un aumento de alrededor del 16% respecto a la cifra del año pasado. El año que viene, espera que las recompras superen la marca del billón de dólares por primera vez. Cabe señalar que el banco cree que los altos niveles de recompra deberían respaldar los precios de las acciones.
Dentro del mercado de recompra, los principales participantes son empresas tecnológicas de gran capitalización como Apple, Alphabet y Nvidia, que ahora mismo cuentan con gran cantidad de efectivo. Sin embargo, también se están implicando empresas de otros ámbitos del mercado. Por ejemplo, en octubre, la empresa aeroespacial y de defensa RTX anunció que recompraría 10.000 millones de dólares de sus acciones (esta recompra se financia con deuda en un proceso conocido como «recompra apalancada»), a pesar de enfrentarse a problemas con sus motores aeroespaciales. Los inversores también están viendo una mayor participación en el mercado de recompra por parte de empresas de mediana y pequeña capitalización.
De cara al futuro, es probable que la trayectoria de recompra de acciones se vea afectada por una serie de factores, entre ellos:
- Beneficios empresariales: unos beneficios más elevados tienden a dejar a las empresas con más exceso de efectivo, mientras que si son más débiles pueden poner a prueba el flujo de caja.
- Condiciones del mercado: un retroceso del mercado podría presentar a las empresas oportunidades para recomprar acciones a precios más favorables.
- Tasas del impuesto de sociedades: unos impuestos más altos pueden hacer necesaria una reasignación de recursos, lo que frena las perspectivas de recompra. Por otro lado, la reducción de los tipos impositivos puede aumentar el capital empresarial disponible, lo que favorece las recompras.
- Consideraciones normativas: el debate sobre las recompras se intensifica y las nuevas normativas podrían reducir la actividad. Recientemente, Estados Unidos introdujo un impuesto especial del 1% sobre las recompras que superen el millón de dólares, aunque esto no ha tenido ningún impacto negativo en la actividad. El presidente Joe Biden también ha propuesto cuadriplicar el impuesto sobre la recompra de acciones corporativas, sin embargo, aún no se ha anunciado oficialmente.
En comparación con otros mercados, Estados Unidos es hoy líder indiscutible en recompras. Sin embargo, existe una tendencia creciente de aumento de esta actividad en Europa, Japón y otros mercados. Esto sugiere un posible cambio global en las estrategias de pago de las empresas.
Cómo se ejecutan las recompras
Hay dos formas principales en que una empresa puede ejecutar una recompra. El método más común es la recompra de acciones en el mercado abierto. En este caso, las empresas recompran sus propias acciones a los precios de mercado vigentes a lo largo del tiempo, a veces como parte de un plan de recompra predeterminado. La otra forma es a través de ofertas públicas de adquisición. Esto implica invitar a los accionistas a vender sus acciones con una prima sobre el precio del mercado en un período específico. Dependiendo de la estrategia y los objetivos financieros de la empresa, las recompras pueden financiarse mediante reservas de efectivo, flujo de caja operativo o deuda.
Ten en cuenta que para que una empresa recompre legalmente sus propias acciones en virtud de la Ley de Sociedades de 2013, debe asegurarse de que la recompra está autorizada por sus estatutos, recibir la aprobación mediante una resolución especial en una junta general (o una resolución del consejo si la recompra es igual o inferior al 10% del capital social total desembolsado y de las reservas libres), y completar la recompra en el plazo de un año a partir de la fecha de adopción del acuerdo. La relación deuda/capital tras la recompra no puede exceder 2:1, y solo pueden recomprar acciones totalmente desembolsadas. Además, se prohíbe a las empresas emitir el mismo tipo de acciones en los seis meses siguientes a la recompra, salvo en el caso de emisiones gratuitas o para cumplir obligaciones existentes.
Beneficios para los inversores
Para los inversores, el principal beneficio de la recompra es la posible revalorización del precio de las acciones. Ya hemos mencionado que las recompras pueden aumentar los beneficios por acción (BPA) de una empresa con el tiempo. Y unos BPA más altos pueden provocar un aumento del precio de las acciones. Otra forma de verlo es que, al reducir el número de acciones en circulación, aumenta la parte de los beneficios de la empresa que corresponde a cada acción existente, lo que puede hacer que las acciones restantes sean más valiosas.
Otro posible beneficio es el apoyo del precio de las acciones durante las caídas del mercado. Uno de los beneficios inmediatos de que una empresa inicie un programa de recompra es la llegada de un gran comprador al mercado. Este aumento de la demanda de una acción puede dar lugar a un soporte de precios a corto plazo, lo que supone un amortiguador contra la volatilidad.
Las recompras también pueden tener beneficios fiscales para los inversores. A menos que inviertas en una cuenta con ventajas fiscales, los dividendos suelen estar sujetos a impuestos. Sin embargo, cuando una empresa utiliza el exceso de efectivo para recomprar sus propias acciones, no crea un hecho imponible para los accionistas.
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Críticas a las recompras
Cabe señalar que las recompras no son vistas con buenos ojos por todos los participantes del mercado. Algunos inversores argumentan que las recompras pueden ser una estrategia errada y que las empresas deberían utilizar su excedente de efectivo para invertir en nuevos productos o expandirse a nuevos mercados, movimientos que pueden crear un valor duradero para la empresa y sus accionistas.
Luego están los inversores en dividendos, que suelen preferir embolsarse dividendos a recibir una rentabilidad del capital en forma de recompra de acciones. Es comprensible. Cuando una empresa paga un dividendo, los inversores reciben efectivo directamente: un rendimiento garantizado. Sin embargo, cuando una empresa recompra acciones, no garantiza rendimientos futuros.
Sin embargo, en general, los inversores ven las recompras de forma bastante positiva.
Ejemplo práctico: Apple
Una empresa muy conocida que ha estado recomprando gran parte de sus acciones recientemente es Apple. Entre 2013 y 2023, la empresa gastó unos 600.000 millones de dólares en recomprar sus propias acciones.
Hay algunos inversores que creen que este no ha sido el enfoque más óptimo para la asignación de capital. Estos inversores creen que el capital podría haberse utilizado para financiar adquisiciones o nuevos proyectos, con el fin de generar más crecimiento en el futuro.
Sin embargo, durante el periodo de 10 años previo a finales de 2023, el precio de las acciones de Apple subió aproximadamente un 850%, o un 25% sobre una base anualizada, frente a un crecimiento anual de los ingresos netos de solo el 9%. Esto sugiere que las recompras han contribuido al rendimiento de las acciones y han beneficiado a los inversores.
El desempeño pasado no es un indicador de los resultados futuros.
Smart Portfolio Buybacks de eToro
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A través del Smart Portfolio Buybacks, los inversores pueden acceder a reyes de las recompras como Apple, Alphabet y Meta Platforms, que han recompensado a los inversores con grandes recompras en los últimos años.
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