El precio del crudo de petróleo podría bajar pronto por los comentarios del presidente Trump, provocados por las próximas elecciones de mitad de mandato en noviembre, y se espera que la intervención de Rusia y Arabia Saudita logre proporcionar el suministro necesario. Al celebrarse las elecciones estadounidenses de mitad de mandato en noviembre, el precio del galón constituye un barómetro fundamental del apoyo electoral de Trump; también deja abierta la posibilidad de elevar la presión inflacionista, así como las subidas de tasas de la «Fed» de acuerdo con las expectativas actuales del mercado.
El precio del crudo de petróleo subió recientemente a algo menos de $73 el barril, pues los acontecimientos que tuvieron lugar en Venezuela, México, Angola e Irán contribuyeron directamente a la disminución del suministro de petróleo. El tuit de Trump en Abril, acusando a la OPEP de elevar artificialmente los precios del petróleo, ha logrado instigar un intento por contener la apreciación de los precios entre los principales actores. Por tanto, la próxima reunión de la OPEP en Viena el 22 de junio será fundamental para acordar los próximos pasos, y los actores clave a seguir serán Rusia y Arabia Saudita.
Arabia Saudita se está beneficiando de la subida del precio, pues ayuda a revitalizar las finanzas del reino y financiar los costes de las reformas económicas y sociales que están teniendo lugar; sin embargo, también debe ser solidaria con Trump, que acordó retirarse del acuerdo nuclear con Irán. Si la OPEP no aceptara ofrecer suministro adicional,Trump podría acceder a la reserva estratégica de petróleo de Estados Unidos, que contiene 660 millones de barriles para ayudar a aliviar cualquier restricción que pueda surgir a corto plazo.
Junto con el entorno político, que preferiría un precio contenido o más bajo del petróleo, la industria podría soportar una nueva corrección. Tras las determinantes reestructuraciones efectuadas en la industria, muchos productores de petróleo están generando ahora más efectivo a los precios actuales que cuando el precio del barril estaba a $100 antes de la crisis del mercado. Esto se debe en parte a que los costes de desarrollo se han reducido a la mitad y los gastos de explotación por cada barril, a un tercio.
Por último, los técnicos también apoyan un precio más bajo, pues se han roto los últimos canales, lo cual da vía libre a una nueva revisión de los valores mínimos de este año, que posiblemente se dirijan a $55. El riesgo de nuestra estrategia es que haya más problemas en Oriente Medio o una recuperación económica de la economía global.
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