Las esperadísimas elecciones presidenciales en Francia han llegado a su fin y Emmanuel Macron es el claro vencedor. Tras recibir más del 65% de los votos, el candidato independiente de 39 años ha sido declarado ganador, derrotando a la nacionalista de extrema derecha Marine Le Pen. La victoria de Macron se considera un factor estabilizador para la UE, tal como refleja la reacción de los mercados a su victoria. Pero, ¿cómo determinará el nuevo presidente la economía de la UE y de Francia?
La reacción inicial de los mercados a la victoria de Macron ha sido positiva. Pese a que las ganancias observadas en el euro y los principales índices en Europa no han sido tan impresionantes como las que siguieron a los resultados de la primera ronda a finales del mes pasado, siguen indicando una tendencia positiva. Cuando Macron fue declarado vencedor, el euro alcanzó su valor más alto en seis meses frente al dólar estadounidense, y el FTSE, el DAX y el CAC empezaron la jornada con ganancias impresionantes.
Un alivio para la UE
Ha sido un año duro para la Unión Europea. Tras la inquietud de varios años de inestabilidad financiera, asociada a la deuda de economías más débiles en la Unión. Que el pueblo británico votara a favor del Brexit el pasado mes de junio supuso también un gran golpe. Durante la campaña de Le Pen, quedó bastante claro que si ganaba, abogaría por un referéndum similar en Francia. Cuando las encuestas iniciales antes de la primera ronda mostraron que tenía una pequeña ventaja, algunos empezaron a usar ya el término Frexit.
Sin embargo, después de que Macron se llevara la mayoría de votos de la primera ronda, y las encuestas predijeran su victoria arrolladora en la segunda, la UE empezó a mostrar signos de optimismo, puesto que varios activos financieros registraron unas ganancias espectaculares. Con la victoria de Macron, la amenaza de que Francia abandonara la UE ha desaparecido y se ha recuperado una sensación de estabilidad. Asimismo, Macron, que había ocupado el cargo de Ministro de Economía, es un firme defensor de la UE y ha declarado que tomará medidas para reforzar los vínculos y la influencia del país dentro de la Unión.
¿Un periodo de crecimiento para Francia?
Internamente, los planes de Macron para la economía francesa se consideran un factor de rejuvenecimiento para la segunda economía más grande de la UE. Mientras que en la campaña de su rival Le Pen se hicieron promesas populistas como asegurar la semana laboral de 35 horas y mantener la jubilación a los 60 años, Macron intentará renegociar ambos factores. A pesar de que muchos ciudadanos de Francia pueden oponerse a este cambio, desde un punto de vista macroeconómico, aumentar las horas de trabajo y elevar la edad de jubilación podría ser beneficioso para la economía nacional.
La postura de Macron respecto a la inmigración es totalmente opuesta a la de Le Pen. El nuevo presidente está a favor de la inmigración y desea mantener la situación actual de libre circulación dentro de la UE para los ciudadanos con nacionalidad de los países miembros. Muchos consideran también que mantener la posición de Francia como un nexo de libre flujo de trabajo es un factor que contribuirá a la estabilidad económica de la Unión.
Retos aún pendientes
Pese a las vibraciones sumamente positivas que se sienten en todo el mundo, la carga de la prueba recae ahora sobre los hombros de un presidente relativamente inexperto. Macron aún tiene que nombrar a un primer ministro y podría afrontar dificultades cuando se celebren las elecciones legislativas en junio. A diferencia de su clara victoria en la carrera presidencial, la división es mucho mayor en el parlamento y podría costarle lograr la mayoría en el poder legislativo. Además, entre los desafíos a los que se enfrenta ahora se encuentran navegar en las turbulentas aguas de la UE, participar en el proceso del Brexit y cooperar con el presidente de EE. UU., Donald Trump.
Actualmente, la atmósfera que envuelve a la victoria de Macron es de alivio. Pese a su juventud y poca experiencia política, muchos lo perciben como un portador de estabilidad a la UE. Los mercados globales han mostrado su fe en el presidente más joven de la historia de Francia, pero ahora tiene que ponerse a trabajar y demostrar a sus votantes y partidarios en todo el mundo que puede mantener ese impulso y ofrecer crecimiento a Francia y la UE.