La COVID-19 podría ser el último clavo en el ataúd del dinero en efectivo

La pandemia de coronavirus ha introducido numerosos cambios en nuestra vida. Por muy impactante que resultara el distanciamiento social, el uso de máscaras y el lavado de manos, puede que no tengan el efecto a largo plazo más significativo. La pandemia obligó a muchas personas que normalmente usaban el dinero en efectivo a cambiar a formas de pago digitales, y eso podría ser un cambio duradero.

Ir sin dinero en efectivo

Por muy digital que pueda ser el mundo de hoy, sigue habiendo mucha gente que usa dinero en efectivo de forma regular. Determinados perfiles demográficos, como los mayores, son menos proclives a unirse a la sociedad sin dinero en efectivo y muchos de ellos mantienen el uso del efectivo como forma principal de pago. Sin embargo, todo eso cambió durante la pandemia de COVID-19 y la subsiguiente crisis económica. En Canadá, por ejemplo, los mayores de 65 años comenzaron a usar pagos sin efectivo con el doble de frecuencia¹.

Miles de millones de personas en todo el mundo se confinaron en sus hogares, y como las tiendas y los restaurantes cerraron o solo enviaban los productos a domicilio, se hizo necesario un ajuste en el ecosistema de los pagos. Además, como la moneda física se transfiere de mano a mano, también se percibió como una fuente de transmisión de gérmenes. Incluso la Organización Mundial de la Salud recomendó minimizar el uso de papel moneda.

El comportamiento de los consumidores respecto a usar sistemas de pago a través de dispositivos móviles ya se encontraba en auge, pero en estos momentos se volvió una necesidad. En Suecia, por ejemplo, se produjeron más transacciones sin efectivo que con efectivo durante 2019, lo que situó a este país escandinavo como líder mundial de esta categoría².

Las aplicaciones que requieren pago digital, como las que se usan para el envío de comida y alimentos a domicilio, se volvieron cada vez más populares, lo que forzó a incluso quienes usaban dinero en efectivo religiosamente a cambiar a una estrategia de pago digital. Y, una vez que las compuertas se abrieron, estos miembros de la sociedad, que se negaban a ir sin dinero en efectivo, quizá nunca más vuelvan a utilizarlo.

Pagos móviles

El uso de «smartphones» como forma de pago no es una idea muy novedosa. En los últimos años, un número cada vez mayor de fabricantes de teléfonos inteligentes y sistemas operativos han añadido opciones de pago móvil a sus dispositivos, y utilizan tecnología sin contacto, como la comunicación de campo cercano (NFC, por sus siglas en inglés).

Apple Pay y Google Pay cada vez están más disponibles en todo el mundo, y las personas utilizan sus «smartphones» en lugar del dinero en efectivo o las tarjetas de crédito. Durante la pandemia, las empresas se volvieron más abiertas a esas formas de pago. En Estados Unidos, la popular cadena de supermercados Publix comenzó a aceptar Apple Pay por primera vez.

Sin embargo, no es necesario ni siquiera tener un «smartphone» para formar parte de esta tendencia de no usar efectivo. Las tarjetas de crédito y débito se usan desde hace décadas, y en muchos países del mundo las personas solo utilizan tarjetas y llevan años sin tocar los billetes o las monedas. En Estados Unidos, por ejemplo, el 75% de la población afirma que usarían una tarjeta de crédito o de débito antes que el dinero en efectivo³.

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El futuro del dinero

Los pagos digitales existen hoy de muchas formas. En China, la aplicación WeChat, propiedad de Tencent, que sirve para muchos fines, también se ha convertido en una destacada forma de pago. De hecho, el uso de WeChat como forma de pago se ha vuelto tan popular que los turistas a veces las pasan canutas para encontrar negocios que acepten otras formas de pago. En India, el gobierno anunció una asociación con MasterCard, como parte de su iniciativa «India sin dinero en efectivo», con la esperanza de convertir al segundo país más poblado del mundo en un territorio sin dinero en efectivo.

Hace mucho que se lleva aclamando a las criptomonedas como el futuro del dinero, junto con las plataformas de pagos móviles. Aunque el volumen de uso de las criptomonedas está hoy cerca del de las monedas fiduciarias, siguen suponiendo un nuevo enfoque. Si en el pasado, quienes necesitaban servicios de transferencia de dinero o sitios de comercio electrónicos debían tener una cuenta bancaria y una tarjeta de crédito, hoy todo lo que se necesita es una conexión a Internet.

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Los cambios que vendrán en el futuro

Hay probablemente algunos hábitos que perdurarán una vez que desaparezca el coronavirus. Uno de los cambios posibles podría ser la introducción de más puestos de trabajo desde casa en las organizaciones, y quizá haya empresas que operen completamente en remoto y sin ninguna oficina. Otro probable cambio sería la introducción de análisis de salud y revisiones de seguridad en los aeropuertos.

Y, por último, podría decirse que la pandemia de COVID-19 fue la prueba de concepto necesaria para una economía sin dinero en efectivo. Hoy, sociedades enteras van casi o completamente sin dinero en efectivo, y este cambio podría quedarse para siempre.

Fuentes:

  1. https://eandt.theiet.org/content/articles/2020/05/over-65s-double-online-payments-since-lockdown/
  2. https://www.riksbank.se/globalassets/media/rapporter/sa-betalar-svenskarna/2019/engelska/payments-in-sweden-2019.pdf
  3. https://www.tsys.com/Assets/TSYS/downloads/rs_2016-us-consumer-payment-study.pdf