El Bitcoin es uno de los fenómenos más extraordinarios en el mundo financiero hoy en día. Ya sea defensor o detractor, no se puede ignorar el hecho de que esta divisa, al igual que el resto de las criptomonedas, se ha convertido en el tema principal de las conversaciones financieras a nivel mundial. Desde sus humildes comienzos hace casi una década a su estatus infame o de superestrella que goza hoy en día, el Bitcoin se ha convertido en un activo financiero que merece un reconocimiento.
Y sin embargo, a lo largo de los años, han declarado «muerta» a la principal criptomoneda cientos de veces. En cuanto experimenta momentos de dificultad y registra pérdidas de dos dígitos, aparecen detractores que declaran que su tiempo ha pasado y consideran finiquitada la era del Bitcoin. Por ahora, siempre se han equivocado.
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Producto de inversión altamente volátil. Su capital está en riesgo. No se trata de un consejo de inversión.
No es ningún secreto que el Bitcoin ha atravesado momentos complicados. Recientemente, sufrió un desplome que provocó que su capitalización de mercado cayera a más de la mitad en enero de 2018. Por supuesto, volvieron a aparecer quienes escribieron obituarios para el Bitcoin, de alguna manera olvidando que incluso tras ese desplome, en su punto más bajo de 2018, seguía valiendo seis veces más que en el mismo momento del año anterior.
Existe un término en la comunidad de las criptomonedas que se llama FUD, que en inglés son las siglas de «Fear, Uncertainty and Doubt» (en español, miedo, incertidumbre y duda) (puede obtener más información sobre la jerga de las criptomonedas aquí). Este término se refiere a aquellos que siempre intentar desautorizar a otros inversores contando historias y escribiendo artículos como «El Bitcoin ha muerto». Sin embargo, este término a menudo describe a aquellos que lo hacen adrede con el fin de hacer caer el valor de la criptomoneda para luego comprarla a un precio más bajo. Aunque no sea necesariamente el caso de todos esos titulares apocalípticos, sí que es materia de reflexión.
Por supuesto, no hay ninguna certeza de que el Bitcoin vaya a continuar creciendo y expandiéndose. Los mejores analistas y expertos financieros del mundo están divididos en lo relativo al futuro de la mayor criptomoneda del mundo. Sin embargo, una cosa es segura: hasta hoy, se ha demostrado que todos aquellos que dijeron que el Bitcoin había muerto cuando sufría algún batacazo estaban equivocados.
Los precios de las criptomonedas pueden fluctuar ampliamente y, por tanto, invertir en ellas podría no resultar apropiado para todos los inversores. Ningún marco normativo de la UE supervisa la inversión en criptomonedas. El rendimiento pasado no es un indicador de los resultados futuros. Su capital está en riesgo.