En los últimos años, el ecosistema de Bitcoin ha experimentado un enorme crecimiento. Muchas organizaciones importantes de todo el mundo han adoptado la divisa digital, incluyendo empresas de pagos como PayPal y Mastercard, bancos como Goldman Sachs y BNY Mellon, y minoristas como Starbucks y Whole Foods, propiedad de Amazon.
Sin embargo, un aspecto de Bitcoin que atrae las críticas es el de la minería. La minería de Bitcoin (el proceso por el que se introducen nuevos bitcoins en circulación) tiene una huella de carbono notoriamente grande, y en un mundo que se centra cada vez más en la sostenibilidad y la mitigación del cambio climático, esto no es visto con buenos ojos. Tesla, por ejemplo, anunció recientemente que dejaría de aceptar este criptoactivo como forma de pago debido al creciente uso de combustibles fósiles para la minería y las transacciones.
La buena noticia es que parece haber una solución que podría reducir drásticamente el impacto de la minería de Bitcoin en el medio ambiente. Recientemente, los mineros de Bitcoin han descubierto que pueden usar el gas natural sobrante de las compañías de petróleo y gas, que de otro modo sería «quemado» para que no se envíe a la atmósfera, para alimentar sus ordenadores de minería. Aún es pronto, pero la solución parece muy prometedora. A continuación se muestra cómo esta innovadora solución energética podría reducir potencialmente el impacto de Bitcoin en el cambio climático y aumentar aún más el atractivo del criptoactivo.
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¡¿Cuánta energía usa la minería de Bitcoin?!
Antes de tratar el tema de cómo los mineros de Bitcoin están usando gas natural para alimentar sus equipos, merece la pena echar un vistazo a cómo funciona la minería de Bitcoin y cuánta energía consume.
Para minar el activo digital, los mineros de criptomonedas necesitan resolver complejos problemas matemáticos generados por el algoritmo de Bitcoin usando equipos informáticos de gran potencia. Cuando un minero logra encontrar la solución a un problema, es recompensado con un bloque de Bitcoin. Este proceso, que potencialmente puede ser muy lucrativo, utiliza mucha potencia de computación. Como resultado de ello, es muy intensivo energéticamente.
No es difícil ver por qué los ecologistas y quienes se centran en la sostenibilidad no se muestran partidarios de la minería de Bitcoin. Según el Centro de Finanzas Alternativas de Cambridge, la minería de Bitcoin consume 110 teravatios-hora al año, o el 0,55 % de la electricidad mundial. Para poner estas cifras en perspectiva, eso equivale grosso modo al consumo anual de energía de países como Malasia o Suecia. Mientras tanto, las emisiones mundiales de dióxido de carbono de Bitcoin han subido a unos 60 millones de toneladas, según el Bank of America. Esto equivale a los gases de escape de unos nueve millones de coches.
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La razón por la que la minería de Bitcoin utiliza tanta energía se reduce a la dificultad de resolver los complejos problemas matemáticos creados por el algoritmo de Bitcoin. En los primeros días de Bitcoin, la minería era bastante fácil. De hecho, era tan fácil que los interesados en el criptoactivo podían minarlo usando sus ordenadores personales. Sin embargo, a medida que su popularidad y su valor fueron aumentando a lo largo de los años, también lo hizo la dificultad del proceso de minería. Para manejar el creciente grado de dificultad, ahora se necesita una potencia de procesamiento informático significativamente mayor.
En consecuencia, los mineros de criptomonedas utilizan hoy en día numerosos ordenadores con tarjetas gráficas (GPU) de marcas como NVIDIA e Intel para resolver los complejos problemas matemáticos, y estos ordenadores necesitan fuentes de alimentación de gran potencia. Estos «equipos de minería» trabajan las 24 horas del día y pueden consumir 1000 vatios cuando están en funcionamiento, más o menos lo mismo que una unidad de aire acondicionado. Si se pone un conjunto de ordenadores (las empresas de minería pueden tener miles de equipos en una misma ubicación), el consumo de energía puede ser enorme.
Los mineros de Bitcoin están recurriendo al gas natural quemado
Sin embargo, en el lado positivo, la minería de Bitcoin tiene un alto nivel de flexibilidad cuando se trata de fuentes de energía. Normalmente, los usuarios finales de energía (ciudades, fábricas, hogares, etc.) tienen ubicaciones fijas. Por lo tanto, tienden a usar la energía que se produce cerca para poder mantener los costes bajos. Por ejemplo, una ciudad puede usar energía renovable de plantas eólicas o solares cercanas. La minería de Bitcoin es diferente, ya que se puede minar desde cualquier lugar. De hecho, las instalaciones de minería de Bitcoin son bastante «nómadas» en el sentido de que tienen la opción de moverse a las ubicaciones que ofrecen el mejor entorno de minería. Por ejemplo, una «granja de criptomonedas» fue instalada en la remota ciudad siberiana de Norilsk, más allá del Círculo Polar, debido a que la ciudad ofrecía energía barata y una temperatura media anual de -10 grados Celsius,lo que podía ayudar a enfriar los ordenadores. Esta libertad geográfica significa que los mineros pueden utilizar potencialmente fuentes de energía que son inaccesibles para la mayoría de las demás aplicaciones. Y aquí es donde entra en juego el gas natural quemado.
Durante años, las empresas de exploración petrolífera han tenido dificultades para decidir qué hacer cuando accidentalmente encuentran un depósito de gas natural mientras perforan en busca de petróleo. Mientras que el petróleo puede transportarse fácilmente en camión, el gas necesita un oleoducto para poder suministrarlo. Ahora bien, si un emplazamiento de perforación está situado junto a un gasoducto, la empresa puede conectar el gas al gasoducto y cobrar una tarifa a un comprador en el otro extremo. Sin embargo, si la formación de gas está a kilómetros de distancia de un gasoducto, la situación es más complicada. La mayoría de las veces no interesa construir una nueva tubería para el gas debido al tiempo y los gastos que conlleva. Así que, muy a menudo, los perforadores se limitan a deshacerse del gas in situ quemándolo en un proceso conocido como «quema». Esto explica por qué a menudo vemos antorchas con llamas en los campos de petróleo.
Sin embargo, recientemente los mineros de Bitcoin han descubierto que pueden usar este gas no deseado para alimentar sus equipos de minería. Y los mineros astutos se están aprovechando de ello. Hoy en día, a lo largo y ancho de Estados Unidos, encontrará camiones con remolques que transportan tuberías, generadores y ordenadores colocados justo al lado de los lugares de perforación de petróleo y gas. Estos remolques recogen el gas natural no deseado de las petrolíferas y gasísticas y lo convierten in situ en electricidad para alimentar sus operaciones de minería de Bitcoin. Es una situación en la que todos ganan. Los mineros no solo consiguen la electricidad que necesitan a un precio bajo, sino que también usan energía que de otro modo se habría desperdiciado, reduciendo así su huella de carbono.
Beneficios para las empresas de petróleo y gas
También es una gran victoria para las compañías de petróleo y gas. Gracias a los mineros de criptomonedas, estas empresas pueden ahora ganar dinero a partir de un producto de desecho del que se habrían desprendido en el pasado. Además, hay posibles beneficios fiscales. Los estados de Dakota del Norte y Wyoming, por ejemplo, han aprobado leyes que ofrecen beneficios fiscales a las compañías petroleras que suministran el gas no deseado a los mineros de criptoactivos.
Teniendo en cuenta los beneficios, las principales compañías energéticas empiezan a involucrarse. Por ejemplo, a principios de 2021, el gigante del petróleo y gas Exxon puso en marcha un proyecto piloto para desviar el gas metano de una perforación petrolífera de Dakota del Norte para alimentar las plataformas de criptomonedas. Según se informa, Exxon está considerando lanzar proyectos piloto similares en otros países como Argentina, Alemania y Nigeria.
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Una tendencia que probablemente continuará
Vale la pena observar que el atractivo de esta nueva estrategia se ha visto impulsado por la prohibición de la criptomoneda por parte de China en 2021. En el pasado, una gran proporción de la minería de Bitcoin del mundo se llevaba a cabo en China debido a la disponibilidad de energía renovable barata. Sin embargo, ahora China ha prohibido esta práctica porque tiene objetivos climáticos muy agresivos. Como resultado, los mineros de criptomonedas han abandonado el país en busca de nuevas formas de minar Bitcoin de forma rentable, y las empresas de petróleo y gas de Estados Unidos se están beneficiando de ello.
Por supuesto, este enfoque de la minería de Bitcoin no es una solución totalmente ecológica. El Bitcoin producido de esta forma no se extrae de energías renovables y sigue generando emisiones. No obstante, esta estrategia permite el uso de energía inutilizada de los combustibles fósiles para alimentar la red de minería de Bitcoin. Así que, desde la perspectiva del cambio climático, puede marcar la diferencia. Con la atención que se presta actualmente a la sostenibilidad, es una tendencia que podría generar mucho interés en los próximos años. De acuerdo con los expertos, hay suficiente gas natural quemado en todo el mundo para alimentar cinco veces toda la red de Bitcoin. Quienes estén interesados en obtener exposición con su cartera a Bitcoin u otros criptoactivos pueden consultar los Smart Portfolios como CryptoPortfolio, que proporciona acceso a una amplia gama de criptoactivos populares y está ponderado de acuerdo con la capitalización bursátil, o CryptoEqual, que proporciona acceso a una gama de activos digitales, pero está ponderado equitativamente, lo que significa que los activos más pequeños tienen el mismo peso que los más grandes. Con estos Smart Portfolios, los inversores pueden conseguir acceso al universo de las criptomonedas con un solo clic.
Los CFD son instrumentos complejos y tienen un alto riesgo de perder dinero rápidamente debido al apalancamiento. El 78 % de las cuentas de inversores minoristas pierde dinero al invertir a través de CFD con este proveedor. Debe considerar si comprende cómo funcionan los CFD y si puede permitirse asumir el alto riesgo de perder su dinero.
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