Algo muy importante que tener en cuenta a la hora de invertir son las propias expectativas y, en este contexto, todos deberíamos hacernos esta pregunta: “¿qué estoy dispuesto/a a invertir y a arriesgar para alcanzar mis expectativas?”. Uno de los indicadores que se pueden utilizar en relación con esta cuestión es el llamado ratio beneficio-riesgo (CRV).
Al contrario de lo que se podría pensar, el CRV no tiene nada que ver con la probabilidad de éxito de la próxima operación, sino que describe la relación entre el beneficio potencial y el riesgo que usted está asumiendo. El CRV simplemente indica qué beneficio cabe esperar por cada dólar que se arriesga, suponiendo que se cumpla el objetivo.
- Un CRV de 20 significa que para obtener un beneficio potencial de 20 dólares, arriesga 1 dólar.
- Un CRV de 5 significa que para obtener un beneficio potencial de 5 dólares, arriesga 1 dólar.
Quizás no sea útil a corto plazo, pero sí nos ofrece información valiosa a largo plazo. Veamos un ejemplo: Si tenemos 20 inversiones con un CRV de 20 y todas tienen la misma ponderación, una operación de éxito compensaría las otras 19. Así que, en el largo plazo, un CRV alto da un mayor margen de error. La conclusión es que siempre es preferible optar por opciones de inversión diversificadas y a largo plazo.
Diversificación
Si invirtiera todo mi dinero en una sola empresa con un CRV de 20 y todo saliera bien, no tendría que compensar las pérdidas de las otras 19 empresas y, por tanto, tendría un beneficio mucho mayor. Pero también corro el riesgo de elegir la empresa equivocada. El riesgo de sufrir una pérdida total es mayor y, por mucho trabajo e investigación que se dedique a la selección de las empresas en las que invertir, existen innumerables factores externos que un inversor no puede prever.
La diversificación reduce los beneficios, pero los asegura de una forma mucho más sólida y sostenible.
Inversión a largo plazo
Cuanto más corto sea el periodo de mantenimiento de la inversión, más difícil será predecir los movimientos. Esto se debe a que el mercado de valores es muy grande y en él participan inversores de diversos grupos de edad, población, continentes y países. Por lo tanto, las decisiones diarias se toman por razones muy diferentes: Un inversor puede retirar toda su inversión en una empresa por interés propio, otro inversor puede invertir repentinamente una gran herencia que ha recibido y un tercer inversor puede haberse tomado un día libre para reestructurar su portafolio. Millones de personas realizan estas acciones a diario. Además, todos los días se publican diversas noticias que también pueden influir en los mercados. Todas estas cuestiones provocan fluctuaciones a corto plazo, grandes, pequeñas y arbitrarias, que no pueden predecirse.
A mayor periodo de observación, más fácil será reconocer una tendencia y una dirección.
Expectativas apropiadas
Calcular el radio beneficio-riesgo es muy sencillo: CRV = Take Profit/Stop Loss
Lo complicado es la derivación del Take Profit y el Stop Loss. El motivo es que el CRV no es un ratio estandarizado, sino que se basa en las expectativas de un inversor y, por lo tanto, difiere de un inversor a otro.
Para obtener un CRV lo más realista posible, también es necesario mostrar una expectativa realista y racional, que se aleje de los extremos de la euforia o el miedo. Para la mayoría de nosotros esto es complicado, ya que estamos acostumbrados a las relaciones lineales.
En nuestra vida diaria, los movimientos siempre se dan en línea recta. Los salarios suben, la edad aumenta, etc. Sin embargo, en el mercado de valores no hay líneas rectas. Los precios no suben de forma lineal. Los precios fluctúan, y debemos decidir la fluctuación que queremos soportar y qué pérdida podemos asumir. De todos modos, estas expectativas no pueden ser completamente arbitrarias, sino que deben fundamentarse sobre la base de una viabilidad realista. No se puede esperar un aumento del 100 % y un descenso del 0 %, porque entonces volveríamos al crecimiento lineal.
¿Qué conclusión podemos extraer de todo esto?
En mi opinión, debe preguntarse qué riesgo quiere asumir. Luego, debe diversificar su portafolio y determinar un horizonte de inversión lo más largo posible.
Si es nuevo en este mundo, eToro y CopyTrader ofrecen varios parámetros de medición para clasificar mejor su gestión del riesgo. Además de la puntuación de riesgo, el drawdown le ofrece la posibilidad de conocer cuál podría ser la mayor pérdida en un periodo definido, le da una idea de la volatilidad de un portafolio y le ayuda a determinar si desea asumir esas fluctuaciones para obtener beneficios. Esto le facilita calcular el CRV de cada una de sus posiciones individualmente y conciliarlo con su portafolio, ya que otro lo hace en su nombre.
Deano Meffert (@DeanoMeefert), Popular Investor de eToro de Alemania, sigue una estrategia de inversión a medio plazo centrada principalmente en acciones tecnológicas. No obstante, en ocasiones cubre dichas inversiones utilizando posiciones cortas o ETF inversos.
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