El alfa y la beta son dos ratios que miden el riesgo de un activo de inversión (por ejemplo, una acción o un fondo cotizado). El alfa mide la rentabilidad de un activo respecto a un índice de referencia, mientras que la beta es una medición de volatilidad.
A la hora de preparar tu cartera, debes tener cuidado con los activos que incluiras y su rentabilidad estimada durante el plazo que planeas retenerlos. Para evaluarlo, puede ser muy útil que establezcas un ratio de riesgo / beneficio que quieras asumir.
Para conocer tanto el beneficio esperado como el ratio de riesgo de un activo, puedes utilizar relaciones como el alfa y la beta.
¿Qué es el alfa de una acción?
El alfa es una medida que muestra la diferencia entre el retorno de la inversión (ROI) de una acción y el ROI de un índice de referencia, como el S&P 500. Esta diferencia busca mostrar cómo la rentabilidad de ese activo se compara con el comportamiento del mercado general.

Si una acción muestra un ROI por encima del índice de referencia, tendrá un alfa positiva. Esto significa que tuvo una rentabilidad más alta que otros activos en general. Sin embargo, puede suceder lo contrario: el alfa puede ser negativo si hay evidencias de que un activo suele tener una rentabilidad por debajo del índice, lo que seguramente indique que la inversión obtuvo menores retornos.
Esta medida suele tener una correlación con el riesgo calculado por la beta y guarda un vínculo con un estilo de inversión llamado gestión activa de cartera. Los inversores que siguen este estilo buscan inversiones cuya rentabilidad supere a la de los índices de referencia.
Puesto que, generalmente, un mayor retorno conlleva también un mayor riesgo, muchos inversores prefieren establecer coberturas con base en el coeficiente alfa. Por ejemplo, al invertir en un activo de alfa alto con gran riesgo (alfa stock en inglés), lo compensan con otra inversión con menos riesgo, es decir, con un alfa más bajo o incluso negativo.
Consejo: el alfa no solo se aplica a acciones, sino a otros instrumentos de inversión como los ETF.
¿Cómo calcular el alfa de una acción?
Para determinar el alfa de una acción, el primer paso es analizar el índice de referencia que se utilizará. Este cálculo puede variar considerablemente según el índice elegido, y generalmente se emplea un índice principal, como el S&P 500, para este propósito.
Es fundamental entender por qué se ha seleccionado un determinado índice, ya que esto asegura que refleja adecuadamente la rentabilidad que se desea analizar.
Este es solo el inicio del proceso para calcular el alfa de una acción. Pero, ¿qué sigue después? La fórmula para realizar este cálculo es bastante sencilla:
- Suma el precio final de la acción o el fondo al monto distribuido por acción.
- Resta el precio inicial.
- Divide el resultado obtenido entre el precio inicial.
Con todo ello, se obtendrá el coeficiente alfa. Este puede ser positivo, negativo o neutral. Es decir: un alfa de +3 significará que la acción generó un retorno 3 % mayor que el del índice de referencia. Uno de -3, que se habrá generado un retorno 3 % menor. Y un alfa de valor 0 mostrará que la acción tiene el mismo retorno que el índice de referencia.
Aunque el marco de tiempo estándar para este cálculo suele ser de 12 meses, también puedes adaptar el análisis a cualquier periodo que consideres relevante. Esto puede cambiar el retorno histórico de la acción, por lo que generará variaciones en el resultado final del alfa.
¿Qué es la beta de una acción?
La beta es una medida del riesgo, la cual compara la volatilidad de un activo respecto a la volatilidad de un índice de referencia. Cuanto más alta sea la beta, más volátil es el activo y, por ende, más arriesgado.
Con la beta se expresa el riesgo de una acción, por lo que es una manera de quitar el énfasis en el ROI. Así, no es lo mismo una acción de gran retorno con mucho riesgo que otra cuyo riesgo es menor.
Con base en el coeficiente beta de las acciones, puedes considerar diferentes estrategias de inversión, tal como la llamada «beta alta» que se enfoca, precisamente, en activos con un valor beta elevado.

¿Cómo calcular el valor beta de una acción?
Para determinar la beta de una acción, se necesitan los siguientes datos:
- La covarianza: Representa la relación entre el rendimiento total de la acción y el rendimiento del mercado que se utiliza como referencia.
- La varianza: Mide la fluctuación del mercado en comparación con su valor promedio.
Una vez que contamos con estos dos valores, el cálculo es sencillo: basta con dividir la covarianza entre la varianza.
Muchos inversores deciden diversificar sus carteras con base en el coeficiente beta. Para tal fin, seleccionan acciones con distintas betas, para que sus riesgos no sean correlativos y la caída de una cotización pueda ser compensada por el aumento de otra.
Consejo: en eToro, encuentras la beta en la sección «Finanzas» que tiene cada acción.
¿Qué es el modelo de valoración de activos (CAPM)?
El CAPM es una fórmula que calcula la rentabilidad esperada de una inversión considerando su riesgo, respecto al mercado general. Este modelo tiene como finalidad ayudar a los inversores a valorar si una inversión ofrece una buena recompensa por su riesgo.
Tanto el alfa como la beta son elementos claves en el modelo CAPM. La beta es un término crucial en la fórmula del CAPM, mientras que el alfa entra en los cálculos más tarde.
La fórmula del CAPM es la siguiente: R = Rf + β (Rm−Rf)
Esto dará el retorno esperado de la acción (R) que luego se utiliza en la fórmula del alfa. De hecho, el alfa mostrará la diferencia entre el retorno esperado y el retorno real.
Consejo: Si bien es fácil consultar el alfa o la beta de una acción en Internet, puede resultar conveniente que lo calcules manualmente, para poder elegir el lapso de tiempo que más se ajuste a tu necesidad.
Asimismo, este modelo suele utilizarse dentro de un marco analítico que incluye otros tipos de análisis financiero. Por ejemplo, el análisis fundamental y técnico son otras formas que toman en cuenta los inversores al crear su cartera de inversiones.
¿Cuáles son las otras griegas en la inversión?
Las otras griegas que se usan en la inversión son theta, delta, gamma y sigma. Estas sirven para medir el riesgo de los contratos de opciones.
Por ejemplo, theta indica cómo disminuye el valor de una opción con el paso del tiempo, delta muestra cuánto cambia el precio de una opción en relación con el movimiento del precio del activo subyacente. Luego encontrarás a gamma, que mide la tasa de cambio del delta a medida que el precio del activo subyacente varía, y por último sigma, que refleja las expectativas del mercado sobre la volatilidad futura del activo subyacente.
Los contratos de opciones son un instrumento que brinda el derecho, pero no la obligación, de comprar un activo (por ejemplo, una acción) a un precio fijado antes de un vencimiento.
Consejo: las griegas theta, delta, gamma y sigma se usan en opciones. No son comunes en las acciones.
Theta
La theta es un coeficiente que se basa en el desarrollo de un contrato de opciones a lo largo del tiempo. De este modo, esta medida muestra el ritmo en el que una opción pierde su valor a medida que se acerca la fecha de vencimiento.
Esto se puede dar, por ejemplo, porque el valor de venta finalmente terminó siendo mucho mayor al que se estipulaba en el contrato, por lo que el inversor no se verá tentado a ejecutarlo.
Delta
El delta se utiliza para medir los cambios que experimenta el valor de una opción por cada 1 $ de variación en la acción sobre la que se está ejecutando ese contrato. Es decir, muestra cómo impacta la variación de la cotización de la acción sobre el valor de la opción que la involucra.
Muchos inversores utilizan este coeficiente para la diversificación de sus carteras de inversión adquiriendo contratos de opciones con delta variados.
Gamma
El gamma es un coeficiente derivado del delta. Expresa el cambio en delta o, en otras palabras, la estabilidad de una opción frente a los cambios en el valor de la acción.
Un gamma alto significa que la opción tiende a experimentar una alta volatilidad, lo que puede suponer un riesgo para muchos inversores que prefieren instrumentos menos arriesgados.
En este caso, algunos inversores toman en cuenta esta medida para diversificar su cartera y poseer contratos con opciones de acciones cuyo gamma es alto, al mismo tiempo que otros activos con gamma más bajo, para compensar riesgos.
Sigma
La sigma se utiliza para expresar la desviación estándar de un conjunto, ya sea de acciones o de cualquier elemento que se tome en cuenta para el cálculo matemático.
Consejo: entender las griegas en inversiones te ayuda a evaluar el riesgo y optimizar tus estrategias en contratos de opciones
Por ejemplo, en una serie de retornos a la inversión en distintas acciones, la sigma tomará en cuenta el retorno esperado, dado por el conjunto de ellos, y mostrará qué probabilidad existe de que uno de esos números sea diferente a esa esperanza.
Por lo tanto, cuanto más alta sea la sigma, mayor será el riesgo de una inversión, puesto que pueden existir acciones cuyo retorno sea mucho menor o mayor que lo que se espera.

Cómo calcular el riesgo y la volatilidad en eToro
eToro realiza un cálculo del riesgo para algunos productos, como lo son el Copy Trading y los Smart Portfolios. Este cálculo va del 0 al 10, siendo 0 menos arriesgado y 10 más arriesgado.
Por lo tanto, no dependes por completo de tus propios cálculos y puedes usar esta medida como parte de un análisis de riesgo más completo.
Consejo: diversificar tu cartera es clave para reducir riesgos y mantener un equilibrio entre seguridad y rentabilidad en tus inversiones.
Este cálculo de riesgo, del mismo modo que sucede con el CAPM, utiliza la medida de volatilidad del valor de la acción para poder determinarlo. Por lo tanto, tiene puntos en común con la fórmula de la beta.
Luego, a partir de una comparación con los beneficios esperados, se obtiene un ratio de riesgo-beneficio, del mismo modo que se lo genera al comparar el alfa y la beta en los casos explicados anteriormente.
«El riesgo viene de no saber lo que estás haciendo».
Warren Buffet
Reflexiones finales
Esta guía puede ayudarte a entender el riesgo que conllevan ciertas acciones, lo que puedes calcular con la beta. Esto, a su vez, puedes compararlo con el beneficio esperado que pueden rendir, a través del alfa.
Si, en lugar de acciones, prefieres invertir en contratos de opciones, presta atención a las otras medidas denominadas como letras griegas: theta, delta, gamma y sigma. Estas pueden ofrecer una ayuda a la hora de realizar un análisis previo, proporcionándote datos clave sobre el valor de un activo.
Finalmente, recuerda que existen estrategias para la gestión del riesgode tu cartera. La más común de todas ellas es la diversificación. Gracias a ella, podrás compensar el riesgo que implican ciertos activos con la menor volatilidad que aportan otros.
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Preguntas frecuentes
- ¿El alfa y la beta de una acción pueden cambiar con el tiempo?
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Sí, el alfa y la beta pueden variar debido a cambios en la gestión de la empresa, condiciones del mercado u otros eventos. Es importante que revises estos ratios de forma regular para ajustar tus estrategias de inversión.
- ¿Cómo influyen el alfa y la beta en la gestión pasiva y activa?
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En la gestión activa, los gestores buscan generar alfa mediante la selección de acciones y el timing del mercado. En la gestión pasiva, el enfoque consiste en replicar el índice de referencia, donde la beta es más relevante para seguir la volatilidad del mercado sin intentar superar la rentabilidad del índice.
- ¿Cómo se utilizan el alfa y la beta para evaluar gestores de fondos?
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El alfa mide la habilidad del gestor para generar retornos superiores al índice de referencia, mientras que la beta indica la sensibilidad del fondo a movimientos del mercado. Juntos, ayudan a determinar el perfil de riesgo del gestor.
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